El Fontán

En los comienzos de Oviedo como ciudad, en la plaza que hoy día se
conoce como 'del Fontán', existía una laguna donde se reunían los campesinos para vender sus productos. En el año 1523 se decidió desecarla. En 1559 se finalizan las obras, construyéndose un lavadero y una fuente. La peculiaridad de la fuente, (está por debajo del nivel de la plaza y a ras del suelo), obligaba al usuario a arrodillarse para beber. Este hecho fue recogido en un simpático poema de Luis de Tapia asimilable al asturianísimo '¡Al plato vendrás, arbeyo!'.

Caño de tan bajo trazo
hacía al más alto ser
doblar el recio espinazo
al inclinarse a beber.
Y tan humilde ejercicio
iba quitando, en verdad,
a muchas gentes el vicio
de su altiva vanidad.
En Oviedo, cuando alguno,
por su abolengo o su prez
presumía, inoportuno,
de mal fundada altivez
la turba de gente nueva
decía de tal truhán
hay que llevalu a que beba
en el cañu del Fontán.

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